Disminuir los niveles de inóculo en las diferentes áreas de la Central Hortofrutícola, así como en los cajones, y en especial, en las cámaras de conservación frigorífica es esencial para el control del podrido, ya que la fruta de pepita (especialmente la manzana) pasa una gran parte del tiempo en ellas, y por consiguiente supone un mayor riesgo de contaminación.
El mantenimiento de la higiene de la central hortofrutícola (CH) y sus elementos es imprescindible para el control del podrido en fruta de pepita.
El establecimiento y aplicación de un correcto programa de Limpieza y Desinfección (L+D) en la central conduce a una significativa mejora en los resultados de control del podrido y a evitar el riesgo de contaminaciones cruzadas por microorganismos patógenos para la salud humana.
En este sentido, la limpieza y desinfección de las cámaras frigoríficas es crucial pues pueden ser un reservorio de esporas resistentes a fungicidas.
Los envases de campo pueden constituir un importante reservorio de inóculo de patógenos, ya que, su reutilización continua los convierte en importantes elementos transmisores de estos patógenos, por lo que todo programa de L+D debe incluir un protocolo eficiente para su lavado.
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